1. Prepara el viaje a conciencia y con tiempo suficiente.
Es la mejor garantía para disfrutarlo a tope, llevar a cabo todo lo que quieras hacer y regresar deseando que ya llegue el siguiente. Hay muchas cuestiones y "flecos" a tener en cuenta para que todo salga a pedir de boca. Cuanto antes empieces a pensar en todos los aspectos del viaje: itinerario, horarios, etc., más fácil será acabar acertando en tus decisiones.
2. Planifica. Ahorrarás tiempo y dinero.
Improvisar e “ir a la aventura” es emocionante y hasta divertido, pero también poco práctico cuando piensas ir a cientos o miles de kilómetros de casa. El riesgo de perderse cosas muy interesantes por desconocimiento es demasiado alto. No vale la pena correr riesgos innecesarios pudiendo evitarlos.
Y como seguramente no resultará fácil volver al destino elegido al siguiente fin de semana para enmendar el posible desaguisado, a ti y a los tuyos corresponde decidir si compensa salir de viaje “con lo puesto". Mejor opción es preparar tranquilamente todo lo que esté en tu mano mientras puedas y deja la improvisación para cuando la ocasión lo requiera. Así aprovecharás mucho mejor el tiempo, que en vacaciones es oro puro Y hasta puede que, gracias a ello, os ahorréis unos cuantos euros.
3. Ten las ideas claras sobre dónde ir y qué hacer.
Cuanto antes puedas ponerte manos a la obra, con las menos dudas posibles, menos tiempo y esfuerzo tendrás que dedicar a la tarea y menos “retoques” serán necesarios. Ahora bien, conviene no confundir los lógicos ajustes que todo plan de viaje requiere a medida que “madura” con el hacer borrón y cuenta nueva por no haber sabido elegir convenientemente el destino de nuestro viaje. Claro que rectificar es de sabios...
4. Reúne toda la información posible sobre tu destino, itinerario y posibilidades de diversión.
La información es poder. Y cuanta más se reúna, más enriquecedor resultará el viaje. Quien busca, halla. Las guías de viaje e Internet son una excelente ayuda. Y buscando, buscando, se descubren cosas insospechadas. Buscando ideas para completar una tarde del viaje, descubrí por casualidad "Le Jardin des Kangorous" en Rochefort sur Loire, en el Valle del Loira, por supuesto. Es un pequeño parque en el que 150 Wallabies (una especie de canguros enanos) viven sueltos y puedes darles de comer trocitos de verduras o pan duro. ¡Cómo lo pasamos! ¡Fue una de las mejores cosas del viaje! Así que conocer bien el lugar de destino o del trayecto te permitirá descubrir posibilidades insospechadas y te ayudará a elegir mejor. Con ello disfrutaréis más del viaje y evitaréis problemas y decepciones.
5. Disfruta preparándolo.
Recordemos que un viaje se puede "vivir" tres veces: al prepararlo, al hacerlo y al regresar y ver las fotos y contar las andanzas. O simplemente al recordar lo vivido. Así que no se te olvide empezar a disfrutar el viaje antes de salir de casa. El viaje empieza en el mismo momento en que decidas ponerlo en marcha y empezar a prepararlo. Ir encajando las piezas del rompecabezas es tan emocionante como poner el plan de viaje en práctica. Además cuanto mejor conozcas el terreno que pisas, más disfrutarás del viaje en vivo y en directo y te será más fácil improvisar sobre la marcha. ¡Viajarás dos veces por el precio de uno!
6. Dedícale el tiempo que haga falta y no te dejes nada en el tintero.
No seas rácano ni con tu tiempo ni con la preparación, que ya ha quedado claro que organizar el viaje puede ser muy entretenido y se aprende mucho. Si todavía te asaltan las dudas sobre la conveniencia de ello, piensa que el tiempo es oro cuando se viaja y porque en casa el tiempo "se estira", pero una vez en ruta, no. Para improvisar bien ya hemos visto antes que lo mejor es saber dónde pisamos. Démonos tiempo, pues, para hacer las cosas con tino. “Madurar el viaje” es como el envejecimiento de un buen vino, con tiempo mejora mucho el resultado final.
Como las prisas suelen ser malas consejeras, disponer de tiempo suficiente para dejar “reposar” el plan de viaje y retomarlo unos meses o semanas después, te ayudará a pulir flecos o, si se descubren nuevas posibilidades, darle incluso un giro radical. De lo que no hay duda es con tiempo siempre estaremos en condiciones de mejorarlo aún más.
7. Sé flexible y ten previsto un “Plan B” e incluso un “Plan C”.
Las cosas no siempre salen como uno le gustaría. Si los planes se tuercen, -y eso pasa con harta frecuencia- nada mejor para salir airosos del trance que tener guardado un as en la manga para improvisar con gracia si los acontecimientos “deciden” salirse del guión previsto. Una avería, una indisposición, una meteorología imprevista son cosas de las que nadie está a salvo y pueden obligarnos a cambios imprevistos. Así que si hay que afrontar la temida pregunta cuando las cosas se tuercen: “¿Y ahora qué hacemos?” no hay nada más práctico que tener un buen “Plan B” al que echar mano. E incluso un “Plan C”, que nunca se sabe...
8. Ten en cuenta los gustos y necesidades de los acompañantes.
Las vacaciones son sagradas y todo el mundo tiene derecho a poder disfrutarlas lo mejor posible. El viaje es para todos y todos han de poder pasarlo bien. Olvidar algo tan básico puede mandar al garete las vacaciones soñadas.
9. Deja las cosas claras antes si viajas con amigos o familia.
Cada uno somos un mundo y cuando se trata de poner de acuerdo a un montón de gente conviene tener las ideas claras y respetar, en lo posible, los gustos de todos. No es tarea fácil, pero hablar aclarar las cosas, evitar el "yo pensaba que..." y otras cuestiones por el estilo, hará la vida más fácil y ayudará que las vacaciones sean una experiencia inolvidable. Si hay discrepancias, ocúpate de tratarlas a tiempo y busca alternativas. Evitarás disgustos y ganarás tranquilidad. Y si no es posible lograr un consenso, entonces la prudencia recomienda abstenerse de "experimentos de alto riesgo". Las vacaciones y la amistad son dos cosas demasiado escasas como para ponerlas en peligro. Si te planteas viajar con amigos y familiares y no morir en el intento, echa una ojeada al artículo que he preparado sobre un tema tan importante.
10. Viajar siempre es una oportunidad.
Y, por último, nunca está de más recordar que viajar es una oportunidad estupenda para pasarlo bien conociendo otras costumbres y lugares, compartiendo vivencias y buenos momentos con los tuyos y con el mundo. Hacerlo realidad está en tus manos.






